Los contratos de alquiler vacacional o arrendamientos de viviendas turísticas de corta duración son acuerdos que se elevan a nivel legal en forma de contratos entre dos partes, el propietario y el inquilino. El propietario es el que pone a disposición del inquilino el uso y disfrute de un determinado inmueble, por otra parte, es el inquilino el que ocupará el inmueble durante un corto periodo de tiempo, el cual lo utilizará a modo vacacional ya sea como descanso, ocio, turismo u otros fines a cambio del pago de un alquiler por este.
La necesidad de un contrato de alquiler turístico o vacacional reside en que es la única forma de dar validez y hacer legal un acuerdo entre 2 partes con la intención de que quede registrado, escrito y firmado. Además de esto, en el contrato de alquiler turístico se indican las normas de la vivienda, así como las consecuencias de su incumplimiento. En ciudades en las que se exija una tasa turística, será a través del contrato de alquiler turístico donde se detalle la cuantía.
Con la firma del contrato de alquiler turístico, ambas partes quedan protegidas ante cualquier tipo de discrepancia. En el caso de conflicto entre ambas partes, el contrato de alquiler turístico será nuestra salvaguardia para hacer constar que la otra persona ha firmado un documento en el que constan ciertas condiciones, las cuales pueden inclinar la balanza hacia una parte u otra.
Entre las condiciones firmadas en el contrato, debe constar que los datos suministrados a la hora de rellenar el parte de viajeros, deben ser trasladados a las autoridades. Con la herramienta Check-in Scan, el propietario podrá hacer el check-in de forma automática, sin necesidad de papel y remitir los datos a las autoridades en el momento del check-in. También la herramienta te ofrece la opción de hacer contratos de alquiler personalizados.
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Un contrato de alquiler turístico formaliza un acuerdo llevado a cabo entre 2 partes y en él se definen los derechos y deberes del anfitrión y del huésped. En el caso de controversias, será una herramienta legal y vinculante a la que se podrá acudir para solucionar problemas.
A grandes rasgos, la tipología de arrendamientos de viviendas en España se puede resumir en 2 tipos:
En España, para que un contrato de arrendamiento turístico sea válido y vinculante, debe cumplir con ciertos requisitos legales. Los elementos que deben incluirse en un contrato de este tipo son los siguientes:
Debe especificarse claramente quiénes son el arrendador (propietario o gestor de la propiedad) y el arrendatario (huésped). También se debe especificar los datos de identificación vinculantes de cada uno: Nombre y apellidos, DNI, teléfono, domicilio, correo electrónico.
Es fundamental describir detalladamente el inmueble que se alquila, incluyendo su dirección, características, inventario y estado de conservación.
Te recomendamos que adjuntes en el contrato de alquiler vacacional una hoja de inventario, en el que figure el equipamiento de la vivienda.
Debe establecerse la duración del contrato, indicando las fechas de inicio y fin de la estancia. Muchos propietarios añaden al contrato una estancia mínima a sus huéspedes, con la intención de asegurar que los esfuerzos realizados para preparar el alojamiento para la estancia de uno o varios huéspedes va a cumplir un tiempo mínimo de provecho.
Se debe especificar el monto total del alquiler, las posibles tarifas adicionales (por ejemplo, limpieza o servicios, IVA, tasa turística), y las condiciones de pago, incluyendo los plazos y métodos permitidos.
En el caso de que se quiera pedir una fianza o depósito de seguridad, el contrato debe especificar su monto, condiciones de devolución y motivos por los cuales podría retenerse.
En todo contrato debe especificarse que métodos de pago se acepta a la hora de hacer la entrada o salida de la estancia. Esto también debe ser especificado de forma explícita en el contrato de alquiler vacacional.
Te recomendamos que te ciñas a pagos con tarjeta o transferencia, además de las reservas mediante web u OTAS turísticas.
Un contrato de alquiler vacacional debe especificar siempre la capacidad máxima de huéspedes de la vivienda. Si surge algún problema en la vivienda y el número de huéspedes es mayor que la capacidad marcada por la cédula de habitabilidad, podrías tener problemas legales.
Específica en el contrato de alquiler vacacional un horario de entrada y salida de la vivienda. Esto normalmente se hace con la intención de establecer una franja horaria ordenada a unas horas decentes para hacer la entrada o la salida de la vivienda.
Es necesario detallar las obligaciones del arrendador y del arrendatario, como el mantenimiento de la propiedad, el respeto a las normas de convivencia, y el uso adecuado del inmueble.
Deben incluirse las políticas de cancelación del alojamiento en el contrato de alquiler vacacional, indicando los plazos y posibles penalizaciones en caso de que una de las partes quiera cancelar el contrato antes de su finalización. Se debe indicar las condiciones bajo las cuales se debe devolver el importe o no y la forma en la que se va a proceder para hacer la devolución de la reserva.
El contrato debe contemplar las responsabilidades del arrendatario en cuanto a daños y debe mencionar si el arrendador ha obtenido todas las autorizaciones necesarias para alquilar el inmueble con fines turísticos.
Es común que se incluya una cláusula que indique que el contrato se rige por la legislación y especifique el tribunal competente en caso de conflictos.
Incluir estos elementos en el contrato protege los intereses de ambas partes.
En España no es obligatorio firmar un contrato de alquiler vacacional entre anfitrión o propietario y huésped, salvo en Andalucía y Canarias que sí es algo obligatorio. Esta diversidad en la ley, se debe a que los alquileres vacacionales se rigen por la Ley 29/1994, también conocida como LAU (Ley de arrendamientos urbanos). En este sentido, cada comunidad autónoma o municipio, tiene la potestad para fijar su propia normativa, estableciendo en algunas de estas la obligatoriedad para establecer un contrato de alquiler vacacional entre anfitrión y huésped.
Recomendamos siempre establecer cualquier tipo de vínculo legal con el inquilino de la propiedad para estar sujeto a una serie de derechos y obligaciones tanto por parte del huésped o inquilino como por parte del anfitrión o propietario.